El marginalismo fue una corriente de pensamiento económico que se desarrolló principalmente en Europa y en Estados Unidos durante las décadas de 1870 a 1890. Se considera como la primera escuela económica moderna y se centró en el análisis de los incentivos y las decisiones individuales.
Los principales representantes del marginalismo fueron los economistas franceses Léon Walras y Auguste Cournot, y los economistas austriacos Carl Menger, Friedrich von Wieser y Eugen von Böhm-Bawerk. Ellos propusieron que el valor de un bien o servicio se basaba en su utilidad marginal, es decir, en la satisfacción adicional que proporciona la última unidad consumida o producida.
El marginalismo también introdujo la idea del costo marginal, que se refiere al costo adicional de producir una unidad adicional de un bien o servicio. Los economistas del marginalismo argumentaron que las empresas debían producir hasta el punto en que el costo marginal igualara el ingreso marginal, lo que permitiría maximizar las ganancias.
El enfoque del marginalismo se centró en la microeconomía, y su análisis se enfocó en el comportamiento de los consumidores y productores individuales. El marginalismo también se enfocó en el papel de los mercados en la asignación de recursos y en la determinación de precios.
El marginalismo fue una escuela de pensamiento que revolucionó la forma en que se entendía la economía, al introducir conceptos clave como la utilidad marginal y el costo marginal. Su enfoque en la microeconomía y en la toma de decisiones individuales influyó en gran medida en la economía moderna.