Relato 1
Yo fui guardia de seguridad del metro por allá en el 2010, y puedo asegurar que, si pasan muchas cosas extrañas y paranormales, como las que le voy a contar y que me paso justo a mí.
Ese día ya iba a terminar mi turno, el metro estaba también por cerrar y ese era mi último rondín, solo para asegurarme que ya no quedaran nadie en las instalaciones del metro.
En eso veo a lo lejos una señora que va caminando con dirección al andén, corro para acercarme y decirle que ya estamos a minutos de cerrar las puertas.
Pero la señora parece que quería evitarme, pues cuando yo corrí y le grite, ella también acelero el paso.
cuando estuve más cerca le hable en voz alta, para llamar su atención al mismo tiempo que le digo que ya vamos a cerrar.
Pero no me volteo a ver, me ignoro por completo y siguió caminando.
Le volví a gritar, pero más fuerte, comencé a molestarme pues parecía que me estaba ignorando a propósito, la seguí un poco y le volví a gritar, pero le avise que ya no pasaría ningún tren que ya estaba cerrado y que se tenía que retirar.
En un abrir y cerrar de ojos la señora ya no estaba, la busqué en el pasillo donde desapareció, pero no la vi, y en ese pasillo ya no había otra salida.
De volada me fui al cuarto de cámaras para ver que se había grabado y ver a donde había ido la señora, cual es mi sorpresa que donde yo había visto a la señora en el video no se veía a nadie, se me ve a mi corriendo en dirección al pasillo, haciendo señas y gritando, pero a nadie más, estaba yo solo, no había ninguna señora.
Relato 2
Que tal, buenos días, quiero contar mi anécdota en metro panteones, yo trabajo cerca del metro allende y salgo bastante tarde a las 11 de la noche, para cuando llego a panteones ya es casi hora de que cierren el metro.
Desde que llegue a la estación panteones comencé a sentir algo extraño, en el vagón ya nada más íbamos 3 personas, todos los demás se habían bajado antes, y fui el único que me baje en panteones.
Es de esas veces que vas caminando y sientes claramente como si alguien fuera detrás de ti, pero les repito fui el único que me baje en panteones, volteé a ver a tras y alrededor pero no había nadie, solo los policías de la estación.
Iba casi corriendo por que por alguna extraña razón sentía miedo, para mi mala suerte, se me desamarro una agujeta, antes de agacharme y amarrarla de nuevo, hice una inspección a mi alrededor, no sé, por algo tenía miedo y no podía explicarlo.
Estaba empezando a amarrar mi agujeta cuando escucho una voz gutural y desesperada que me dice “sácame de aquí”, quise voltear y enderezarme para ver quien había dicho eso, pero no podía, estaba petrificado mirando mis tenis sin poder moverme.
Escuche como en la pared que tenía a mi derecha, como si se cayera un pedazo y después el sonido de una moneda que caía, la cual escuche rodar y luego vi como choco con mi zapato, yo no podía creer lo que estaba viendo.
En eso me grita uno de los policías, que me apure que ya van a cerrar, como por arte de magia me pude mover, me levante y me fui casi corriendo.
Llegue a mi casa y le platique a mi mamá lo que había pasado, me pregunto si recogí la moneda, pero le dije que no, me respondió que seguro era un tipo como de anzuelo de algún alma en pena para poder liberarse a través de mí, que quien sabe que hubiera pasado si recogía la moneda.
Al siguiente día fui a esa misma estación, pero temprano por la tarde a ese mismo lugar donde escuche la voz y el ruido, pero todo estaba normal, revise el mapa del metro, de esos que están pegados en la pared y vi que, en dirección de esa pared, detrás de ella por así decirlo, está el panteón Español.
Relato 3
Quiero contar mi historia, me llamo Ramón y cuando fue el temblor del 85 yo fui de los que ayudaron a sacar cuerpos del conjunto Pino Suarez, pues yo era vigilante del metro en aquella época y justo estaba en esa estación cuando paso el sismo, muchos adultos recordaran aquel lugar porque fue unos de los tantos conjuntos familiares donde hubo muchísimas víctimas.
Tiempo después del temblor del 85, cuando se reanudo la operación normal de la línea 1, unos pocos días después, yo estaba trabajando en el turno nocturno, uno de esos días, mientras revisaba el tren para asegurarme que no quedara nadie, comencé a notar que un olor fétido invadía la estación, yo solo había olido aquel horrible aroma una sola vez en mi vida, y es un olor inolvidable, lo recuerdo de días antes, mientras sacábamos cuerpos de entre los escombros.
Es un olor inconfundible, pero percibirlo en aquel momento era ilógico, pues no había nada cerca que pudiera desprender aquel peculiar hedor.
Solo me tape la boca y continúe con mi rondín, llame por radio para avisar que el tren estaba completamente vacío.
Entonces el tren se fue a resguardo, al llegar a la zona de resguardo, me llama mi jefe por radio muy enojado, afirmando que en el tren aún se encontraban algunas personas, que los ingenieros desde otro tren veían a 3 personas de pie en el vagón como buscando por donde bajar.
Yo afirme que no había nadie, que lo había revisado por completo, mi jefe molesto ya no me respondió por el radio, pero minutos después escucho por mi radio la voz de una niña que dice “mamá, ayúdame”, con una voz muy desesperada.
No alcancé a contestar porque en seguida de eso, escuché mi nombre por el radio era mi jefe que me dice, que los ingenieros revisaron el vagón, que olía horrible, pero que revisaron el tren y que en efecto no había nadie.
Que estuvieron buscando en la zona de resguardo, pero no encontraron a ninguna persona ajena a los trabajadores del metro, ya le comenté que yo también había percibido aquel olor, pero me parecía ilógico y no lo reporte.
Ese tren que revise fue uno de los tantos que fueron usados para transportar cuerpos sin vida, victimas del sismo del 85.
No puedo dejar de pensar que la voz de esa niña en mi radio pudo haber sido de algún angelito que perdió la vida después de estar atrapada entre los escombros y por eso pedía ayuda tan desesperada.