La economía del caos es una rama de la economía que se enfoca en estudiar el comportamiento de sistemas económicos complejos que son impredecibles y tienen propiedades emergentes. Estos sistemas se caracterizan por ser no lineales y tener una gran cantidad de interacciones entre sus componentes, lo que dificulta la predicción del comportamiento futuro.
Esta rama de la economía surgió en la década de 1980 y 1990 gracias al trabajo de investigadores como Brian Arthur, Stuart Kauffman y W. Brian Arthur. Estos economistas buscaron aplicar las ideas de la teoría del caos y la complejidad a la economía, para poder entender mejor la naturaleza de los sistemas económicos.
Uno de los conceptos fundamentales de la economía del caos es la noción de atractor. Un atractor es un estado o patrón de comportamiento hacia el cual un sistema tiende a converger. En un sistema económico, esto podría ser una situación de equilibrio en la que la oferta y la demanda se igualan. Sin embargo, los sistemas económicos complejos pueden tener múltiples atractores, lo que significa que pueden tener varios estados de equilibrio diferentes, cada uno con diferentes características.
Otro concepto importante en la economía del caos es el de la sensibilidad a las condiciones iniciales. Esto se refiere a la idea de que pequeñas variaciones en las condiciones iniciales pueden tener un gran impacto en el comportamiento futuro de un sistema económico complejo. Esto hace que sea difícil predecir el comportamiento a largo plazo de un sistema económico, ya que incluso pequeñas perturbaciones pueden desencadenar efectos de gran alcance.
En general, la economía del caos ha tenido un gran impacto en la forma en que los economistas piensan sobre la dinámica de los sistemas económicos. Si bien la teoría tradicional de la economía se ha enfocado en el análisis de sistemas económicos en equilibrio, la economía del caos ha destacado la importancia de entender cómo los sistemas pueden moverse entre diferentes estados de equilibrio y cómo pequeñas perturbaciones pueden tener efectos de gran alcance en el comportamiento futuro de un sistema. Esto ha llevado a un mayor reconocimiento de la complejidad inherente de los sistemas económicos y ha llevado a los economistas a desarrollar nuevas herramientas y enfoques para tratar de entenderlos.